Preguntóme: ¿Sí o no?
Pero no es fácil pensar mientras las palabras se me salen de la boca como vodka sabatino.
No es fácil ver su cara de pena, pero tampoco me interesa.
No quiero cambiar; por eso me hice un molde. Tengo moldes, porque quiero moldes. ¿Alguien más?
Me pongo a pensar en mis piernas, mis piernas me llevan a las rodillas y las rodillas siempre me recuerdan fracasos.
Qué bobada fue guardar lo mejor para el final. ¿Para qué hacemos eso? Es un intento fallido de vivir tranquilo, porque a pesar de todo las ansias persisten, esperando el "gran final".
Si pudiera dejar de pensar en lo que no pasó. Mejor me siento y como wantán, porque a estas alturas es lo único correcto, lo único que sé.
Pongámonos terno y vamos al funeral del tiempo.
Asistiría con todos mis amigos, porque no hay nada como experimentar la humillación masivamente.
Cada palabra que dicen se convierte en lo más predecible que mi boca haya tenido que oir.
Ahora, lentamente, seré sutil al decirle a todos que se pueden ir al demonio.
Si alguien quiere ser cobarde, por favor, que avise con anticipación.
xoxo
04 enero, 2010
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